La construcción industrializada en altura: Hormipresa abre camino hacia la vivienda asequible
Hormipresa y el Futuro de la Vivienda Industrializada en Altura
La crisis de la vivienda en España y Europa ha alcanzado un punto crítico. La demanda de hogares supera con creces la oferta disponible, impulsando un fuerte desequilibrio en el mercado. En 2024 se iniciaron en España apenas 125.000 viviendas frente a 185.000 nuevos hogares formados, cubriendo solo un 70% de las necesidades (economistasfrentealacrisis.com). Al mismo tiempo, acceder a una vivienda se ha vuelto un lujo fuera del alcance de muchos: el precio de compra ha subido alrededor de un 38% en los últimos 10 años, mientras que los ingresos familiares solo crecieron un 3,4% (es.benzinga.com). De hecho, se estima que el 70% de los potenciales compradores no cumple los requisitos financieros para obtener una hipoteca (es.benzinga.com). En el mercado del alquiler la situación tampoco da tregua; solo en 2023 el coste medio del arrendamiento en España subió un 10,5%, con alzas aún mayores en ciudades como Madrid y Barcelona (es.benzinga.com). A nivel europeo el panorama es similar: entre 2010 y 2023 los alquileres aumentaron de media un 22% y los precios de la vivienda un 48%, muy por encima de los salarios (es.euronews.com). Esta combinación de demanda insatisfecha y viviendas prohibitivas configura una “burbuja social” en el acceso a la vivienda, que exige soluciones innovadoras y urgentes.
Industrialización: construir viviendas como un Lego gigante
En paralelo a esta crisis residencial, el sector de la construcción afronta sus propios retos. Existe un déficit importante de mano de obra (la Confederación Nacional de la Construcción estima unas 700.000 vacantes sin cubrir) y una brecha generacional: muchos operarios veteranos se han retirado o emigrado a otros sectores tras la recesión de 2008, y las nuevas generaciones no se sienten atraídas por la obra tradicional (eldiario.es). “¿A cuánta gente joven le dirías que se fuera a trabajar a una obra si pueden estar en un almacén, con otras condiciones?” – cuestiona gráficamente Juan Carlos Bandrés, vicepresidente de la Asociación de Promotores (APCE) (eldiario.es). La construcción convencional, con trabajos duros a la intemperie y altas tasas de accidentalidad, resulta poco atractiva para el talento joven en comparación con entornos más tecnificados y seguros.
En este contexto, industrializar la construcción se perfila como una respuesta transformadora. Se trata de llevar la obra del andamio a la fábrica, fabricando gran parte de los elementos del edificio en entornos controlados para luego ensamblarlos in situ, como si de un Lego gigante se tratara. En palabras de Antonio Martín, presidente de Grupo Avintia, este proceso disruptivo implica “cambiar la paleta por el destornillador” (eldiario.es). Ya no se edifican muros ladrillo a ladrillo sobre el solar, sino que se montan paneles completos y módulos tridimensionales fabricados previamente con precisión milimétrica. El resultado es construir más, más rápido y mejor, con mayor calidad, ahorro energético, mayor seguridad para los trabajadores, con innovación y digitalización (eldiario.es). En plena crisis de vivienda, esta metodología busca agilizar la edificación sin sacrificar calidad, abriendo la puerta a entregar viviendas en la mitad de tiempo que la obra tradicional y a precios más asequibles.
Montaje de estructura prefabricada de hormigón Residencia de estudiantes Terrassa, por Hormipresa. La construcción industrializada traslada gran parte del trabajo a fábricas, permitiendo levantar edificios en altura de forma más rápida, segura y precisa.
No es casualidad que las administraciones públicas estén apostando decididamente por este cambio de paradigma. El Gobierno de España ha lanzado el PERTE de Industrialización de la Vivienda, un plan estratégico dotado con 1.300 millones de euros para la próxima década con el objetivo de desarrollar una industria capaz de producir unas 15.000 viviendas industrializadas al año (eldiario.es). “Es construir más rápido y mejor” resume la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, impulsora de esta iniciativa, que busca escalar la producción de vivienda con métodos industriales. Además, las políticas públicas empiezan a premiar esta nueva forma de construir: todas las licitaciones de la nueva empresa pública de vivienda otorgarán un 10% extra de puntuación a aquellos proyectos que incorporen elementos industrializados, garantizando mercado para este incipiente sector (eldiario.es). Incluso a nivel autonómico y europeo surgen programas que alinean la construcción modular con las necesidades sociales; por ejemplo, el Plan Vive de la Comunidad de Madrid ya ha integrado sistemas industrializados (fachadas estructurales y módulos de baños completos) en promociones de vivienda asequible (eldiario.es). Estas medidas señalan un camino claro: la colaboración público-privada y la innovación serán claves para atajar el déficit de vivienda.
Hormipresa a la vanguardia: pioneros en altura multiplanta y vivienda asequible
En Hormipresa llevamos décadas anticipándonos a esta revolución, consolidando un liderazgo en edificación industrializada con estructuras de hormigón desde 1972. Hoy, esa experiencia nos sitúa a la vanguardia de la construcción industrializada en altura, aplicando nuestro modelo a proyectos emblemáticos y abriendo brecha en el campo de la vivienda asequible. Cinco ejemplos de obras recién ejecutadas ilustran esta trayectoria
- Promoción Sánchez Pacheco (Madrid): Este proyecto residencial de 24 viviendas en alquiler destaca por su enfoque integral de industrialización. La estructura mixta combina hormigón in situ en sótano, prefabricado en niveles intermedios y CLT en los niveles superiores. La envolvente se resolvió con el sistema Arctic Wall, un panel industrializado de hormigón de tres capas certificado Passivhaus, adaptado para integrar cajas de persiana, carpinterías y soluciones de estanqueidad y ventilación. Gracias a la planificación logística avanzada y la metodología BIM aplicada con Revit, se montaron 237 piezas prefabricadas en solo 20 días, utilizando únicamente 4 operarios en obra. Este caso demuestra cómo la industrialización responde a desafíos técnicos y logísticos complejos, siendo una aliada estratégica para alcanzar altos estándares de eficiencia energética y sostenibilidad.
- 258 Viviendas de Protección Oficial (VPO) en Terrassa: Se trata de uno de los desarrollos de vivienda asequible industrializada más ambiciosos de Cataluña. En colaboración público-privada con la Fundació SALAS y otros socios, estamos levantando 258 viviendas sociales de alquiler en Terrassa mediante Métodos Modernos de Construcción. El proyecto –dividido en las promociones Arts I y Arts II– emplea una estructura portante prefabricada de hormigón, fachadas modulares y módulos interiores completos. En fábrica se construyen incluso los baños completos, que luego se transportan a la obra listos para su instalación (observatorioinmobiliario.es). Gracias a esta estrategia, logramos reducir plazos, optimizar costes y mejorar el control de calidad en cada fase (observatorioinmobiliario.es). Las viviendas, desarrolladas sobre suelo público cedido por el Ayuntamiento de Terrassa, cuentan con financiación de los fondos europeos Next Generation y del Institut Català de Finances (observatorioinmobiliario.es), y alcanzarán la máxima eficiencia energética (certificación AA) mediante sistemas de aerotermia y paneles solares. Este proyecto demuestra que la industrialización no está reñida con la arquitectura residencial de calidad ni con la vocación social: es posible construir más rápido, con altos estándares, a precios asequibles y con sostenibilidad.
Video montaje del proyecto de 258 Viviendas de Protección Oficial en Terrassa (Barcelona). Hormipresa emplea sistemas industrializados –estructura, fachadas y módulos tridimensionales– para acelerar la entrega de vivienda asequible de calidad.
- 488 viviendas de alquiler accesible en San Sebastián de los Reyes (Madrid): En el marco del Plan Vive de la Comunidad de Madrid, Hormipresa ha participado en la construcción de 488 viviendas VPO. Este proyecto se ha desarrollado mediante un modelo de colaboración público-privada destinadas al alquiler asequible en San Sebastián de los Reyes. En colaboración con Avintia y Culmia, se industrializaron 22.000 m² de aparcamientos y forjados con placas alveolares pretensadas, así como los muros de contención. Este enfoque permitió una ejecución más rápida y eficiente, cumpliendo con los altos estándares de calidad y sostenibilidad exigidos por el programa. La promoción ofrece viviendas de entre 40 y 70 m² útiles, con opciones de 1 a 3 dormitorios, garaje y trastero, además de 20 unidades adaptadas para personas con discapacidad. El conjunto residencial cuenta con áreas comunes como piscina, zona deportiva, gimnasio y espacios de coworking, promoviendo una comunidad inclusiva y moderna. (Comunidad de Madrid).
- Residencia de estudiantes en Terrassa: Otro ejemplo de nuestra innovación en altura es la nueva residencia universitaria en Terrassa. Este edificio plurifamiliar, destinado a alojar a estudiantes junto al campus de la UPC, fue concebido desde el inicio con un sistema industrializado integral. Hormipresa proporcionó la estructura modular de hormigón y elementos arquitectónicos prefabricados, lo que permitió levantar la residencia en tiempo récord en comparación con una obra tradicional. Cada elemento estructural –pilares, vigas, losas– llegó just in time desde nuestra planta de producción, asegurando tolerancias perfectas y un montaje ágil. El resultado es una residencia moderna, levantada en meses reduciendo a la mitad la fase de estructura, con acabados de alta calidad y un impacto mínimo en el entorno urbano durante la construcción. Este proyecto, constituye un testimonio tangible de innovación y liderazgo: son la prueba de que la industrialización de edificaciones en altura es no solo posible, sino ventajosa, marcando el camino a seguir en el sector (linkedin.com).
- Ampliación del Hospital del Mar (Barcelona): La industrialización también está transformando las grandes infraestructuras. Hormipresa ha participado en la remodelación y ampliación del histórico Hospital del Mar, un proyecto de alta complejidad técnica y plazos exigentes. En la segunda fase de ampliación (Edificio B2), se decidió un cambio radical: ejecutar la estructura completa del nuevo edificio mediante elementos prefabricados para acortar tiempos de obra (hospitecnia.comhospitecnia.com). El resultado es impresionante: el nuevo bloque hospitalario, de unos 45 metros de altura (9 plantas sobre rasante), se convirtió en el edificio prefabricado más alto y de mayor superficie (30.000 m²) de la península ibérica (bft-international.com). Hormipresa fabricó y montó el 100% de la estructura a base de los los pilares, forjados, escaleras y núcleos de ascensores e instalaciones de esta torre sanitaria mediante piezas de hormigón de alta precisión (bft-international.com). Gracias a ello se cumplieron unos plazos constructivos extremadamente ajustados, a la vez que se garantizó la calidad y se minimizaron las interferencias en una obra ubicada en pleno centro urbano. Esta ampliación es un hito pionero que demuestra que la construcción industrializada en altura es viable incluso en proyectos críticos: hemos pasado de construir hospitales de forma tradicional a fabricarlos como un mecano, sin interrumpir su operación y con estándares de seguridad estructural sobresalientes.
Beneficios clave de la construcción industrializada
Adoptar un modelo industrializado conlleva una serie de beneficios clave frente al método constructivo tradicional. En Hormipresa hemos comprobado de primera mano cómo estas ventajas se traducen en valor añadido para nuestros clientes y para la sociedad:
- Rapidez y cumplimiento de plazos: La fabricación de componentes en fábrica permite acortar sustancialmente los tiempos de ejecución. Procesos automatizados en planta pueden acelerar los desarrollos hasta en un año respecto a la obra convencional (eldiario.es), evitando retrasos y asegurando la entrega en plazos exactos (algo casi inaudito en la construcción tradicional). Esto significa viviendas habitables antes, reduciendo el gap entre la demanda y la disponibilidad de hogares (eldiario.es).
- Ahorro de costes y mayor eficiencia: Construir en fábrica optimiza el uso de materiales y reduce errores, lo que se traduce en menos desviaciones presupuestarias. La previsibilidad en plazos y procesos disminuye costes financieros y permite economías de escala. Ya es habitual que un promotor ahorre costes gracias a la industrialización, al minimizar desperdicios y mejorar la productividad en cada fase. En proyectos de colaboración público-privada, por ejemplo, esta eficiencia podría acelerar el aprovechamiento de los inmuebles y mejorar la viabilidad económica de viviendas protegidas (eldiario.eseldiario.es). Además, al reducir los plazos de ejecución al 50% se adelanta la percepción de las rentas o ingresos por ventas, lo que reduce los gastos financieros asociados (intereses, seguros, etc.) y, en consecuencia, eleva la rentabilidad de la inversión (TIR) (casasinhaus.com).
- Calidad y precisión superiores: Cada elemento prefabricado se produce bajo estrictos controles de calidad en planta. Esto garantiza un nivel de precisión milimétrica y acabados homogéneos que sería difícil lograr íntegramente en obra. La estandarización de componentes –desde paneles de fachada hasta módulos de baño completos– asegura que la calidad final de la construcción sea elevada y consistente. De hecho, las viviendas industrializadas ofrecen calidades muy superiores en aislamiento térmico y acústico, instalaciones ya integradas y menor necesidad de reparaciones postventa (eldiario.es).
- Sostenibilidad y menor impacto ambiental: La construcción industrializada promueve la sostenibilidad de múltiples formas. Al producir en entornos controlados, se reducen los residuos de obra y se optimiza el uso de materias primas. Asimismo, la integración de tecnologías avanzadas permite incorporar sistemas de eficiencia energética desde el diseño (por ejemplo, paneles sándwich con aislamiento térmico integrado, estructuras reciclables, etc.). Todo esto redunda en edificios con menor huella de carbono tanto en su construcción como a lo largo de su vida útil (eldiario.es). En nuestros proyectos, hemos comprobado reducciones significativas en consumo energético, emisiones y ruidos, contribuyendo a un urbanismo más sostenible.
- Innovación tecnológica y digitalización: La apuesta industrializadora trae consigo la adopción de herramientas digitales punteras. Modelado BIM, realidad virtual para planificación, robots de producción y sensores IoT son ya parte del día a día en nuestras plantas. Esta innovación tecnológica no solo mejora el producto final, sino que dignifica y especializa los oficios de la construcción, haciéndolos más atractivos para las nuevas generaciones de profesionales.
Un sector más seguro y atractivo para el talento joven
Además de las ventajas en producto y proceso, la construcción industrializada conlleva una profunda transformación social y laboral en el sector. Pasar de la obra tradicional al entorno fabril supone profesionalizar los oficios, incrementar la seguridad y atraer a nuevo talento, afrontando así dos problemas crónicos de la construcción: la siniestralidad y la falta de relevo generacional.
La mejora en seguridad laboral es notable. Los entornos controlados de fábrica eliminan la mayor parte de los trabajos peligrosos a la intemperie y en altura, reduciendo drásticamente la exposición al riesgo. Esto se refleja en menos accidentes y en condiciones de trabajo más saludables. No hay que olvidar que la construcción tradicional presenta la tasa de siniestralidad más alta entre todos los sectores en España, : se registran 5.745 accidentes laborales por cada 100.000 trabajadores, de los cuales más de 10 terminan en fallecimiento, según datos recientes del Instituto Nacional de Seguridad y Salud (eldiario.es). Al industrializar las tareas, automatizando las más pesadas y repetitivas, conseguimos que el personal trabaje en plataformas seguras, con maquinaria especializada y protocolos controlados. Así, la siniestralidad se reduce de forma significativa (eldiario.es), lo cual redunda en un entorno laboral más humano y digno para el trabajador.
Por otro lado, la atracción de talento joven es uno de los impactos más importantes de esta transformación. La nueva construcción industrializada requiere perfiles más tecnificados: operarios de maquinaria de precisión, especialistas en montaje, técnicos en logística, etc. Estos puestos, mejor formados y menos penosos físicamente, resultan mucho más atractivos para las generaciones jóvenes que la clásica imagen del albañil en el andamio. Los datos respaldan esta tendencia: formas de trabajo más innovadoras “ayudan a la captación de talento para la construcción” (eldiario.es), abriendo el sector a trabajadores cualificados que antes no lo consideraban una opción. De hecho, iniciativas formativas específicas ya están en marcha; solo en 2024, la Fundación Laboral de la Construcción capacitó a más de 110.000 alumnos en nuevas técnicas, conscientes de que este cambio de modelo puede ser un imán para recuperar mano de obra en un sector que la necesita con urgencia (eldiario.es). En Hormipresa lo vemos a diario: ingenieros, delineantes, soldadores, gruistas jóvenes se sienten atraídos por proyectos donde se emplean tecnologías de vanguardia y se trabaja en equipo bajo techo, en un ambiente más parecido a una planta de producción moderna que a una obra rudimentaria.
En suma, esta “revolución Lego” supone dignificar la construcción: los empleos se hacen más especializados, seguros y estables; se fomenta la formación continua; y se envía un mensaje claro a la juventud – la construcción del siglo XXI es un entorno donde se puede desarrollar una carrera tecnológica y sostenible, lejos de antiguos estereotipos. Así, la industrialización contribuye a modernizar el sector desde dentro, haciéndolo más inclusivo y preparado para el futuro.
Hacia un futuro más eficiente, humano y sostenible
La experiencia de Hormipresa demuestra que la industrialización de la edificación no es una teoría, sino una realidad en marcha. Cada uno de nuestros proyectos –desde un hospital de última generación hasta viviendas para familias trabajadoras– es un paso hacia un modelo constructivo más eficiente, humano y sostenible. Hemos visto cómo este enfoque acelera la entrega de viviendas, mejora su calidad, reduce costes y minimiza el impacto ambiental, todo mientras crea mejores empleos.
Nuestro compromiso de cara al futuro es seguir liderando esta transformación. Creemos firmemente que industrializar la construcción en altura será clave para resolver el déficit de vivienda asequible, revitalizar el sector y construir ciudades más habitables. En Hormipresa no solo construimos edificios, construimos futuro: un futuro donde cualquier persona pueda acceder a una vivienda digna en menos tiempo, donde las obras no sean fuente de contaminación ni riesgos, y donde los jóvenes vean en la construcción un campo de innovación y progreso.
Cerramos este capítulo reafirmando nuestra visión. Si la urbanización creciente plantea desafíos, la respuesta está en la creatividad y la tecnología. Por eso, en Hormipresa seguiremos apostando por la revolución industrial en la construcción, sumando colaboración con administraciones y socios, e impulsando soluciones constructivas que combinen rapidez, calidad y respeto por las personas y el planeta. Estamos convencidos de que, ladrillo a ladrillo (o mejor dicho, panel a panel), juntos estamos modelando el paisaje urbano del mañana (linkedin.com). Y en ese mañana, la vivienda será más accesible, la construcción más sustentable y los trabajadores, verdaderos protagonistas de un sector renovado, más humano en esencia.